miércoles, 13 de mayo de 2009

La Odisea




Los dioses principales de Grecia


Los principales dioses: Los griegos creían que los dioses habían elegido el Monte Olimpo ubicado en una región de Grecia llamada Tesalia, como su residencia. En el Olimpo, los dioses formaban una sociedad organizada en términos de autoridad y poderes, tenían plena libertad y formban tres grupos que conformaban los respectivos poderes: El Cielo o Firmamento, el Mar y la Tierra. Los catorce dioses principales, habitualmente llamados Olímpicos eran Zeus (el padre de la mayoria de los dioses, es el dios de trueno), Hera (esposa de Zeus), Poseidón (hermano de Zeus y dios del mar), Hades (dios del inframundo o de la tierra de los muertos), Afrodita (hija de zeus y es la diosa del amor y la belleza), Hefestos (el dios de los metales), Ares dios de la guerra), Artemisa (la diosa cazadora y de los animales salvajes), Dionisos (dios del vino) , Deméter (la diosa de la agricultura), Hermes (dios de los viajes, las fronteras, el ingenio), Atenea (diosa de la sabiduria), Hestia (diosa del hogar y la familia) y Apolo (es el dios de la luz, de la verdad y la adivinación).

La religión griega

La Religión griega era politeísta, es decir, creían en muchos dioses, además de ser antropomórfica, pues los dioses tenían forma humana. Los griegos pensaban que sus dioses vivían de modo muy similar a los humanos, ya que tenían las mismas virtudes y defectos que los hombres, pero desconocían la enfermedad, la miseria, la vejez y la muerte. Eran omnipotentes e inmortales. Además, se alimentaban de néctar y ambrosía.
De la unión de dioses y mortales nacían los héroes, que eran superiores a los hombres, pero inferiores a los dioses. Éstos, y a veces también los héroes, representaban las fuerzas de la naturaleza

Definición de Odisea:

La odisea es una sucesión de dificultades, aventuras y problemas que le ocurren a alguien.


Los prsonajes principales:

a) Ulises era un hombre joven y fuerte, tenia una cicatriz de mordedura de jabalí en el tobillo; Era el héroe mas grande que jamás había existido, tenia un valor indomable porque siempre, aunque le daba miedo, enfrentaba las cosas, enfrentó todos los peligros que tuvo en su trayecto hacia Itaca y porque no perdió el valor ni un minuto y siempre le devolvía los ánimos a sus tripulantes; era muy inteligente porque siempre encontraba una solución para todo, siempre se le ocurría grandes ideas y planes que en muchas ocasiones les salvó la vida e él y a sus tripulantes;; era fuerte y capaz de luchar aún con los elementos desencadenados; parecía de hierro porque ninguna fatiga lo hacia rendirse; tenia un corazón generoso porque escuchaba las opiniones de los demás y los ayudaba, porque respetaba esas opiniones; él quería mucho a Penélope y a Telémaco porque en su largo viaje nunca se olvido de ellos y los recordaba cada día; también no le gustaba robar; era prudente y hábil porque era muy ágil para hacer las cosas pero a la vez pensaba las cosas que iba a hacer o decir

b) -Penélope era una mortal, era la esposa de Ulises; era una mujer muy bella, su vida, lejos de su esposo y acosada por los codiciosos pretendientes, era muy triste, pero nunca olvidó ni un momento a Ulises y confió siempre en su regreso. Ella y su hijo, Telémaco, lloraban con frecuencia juntos por Ulises.

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Telémaco era un mortal, era hijo de Ulises; era un joven arrogante, de ojos brillantes y apuesta figura. Él amaba mucho a su madre y era muy amable y cortés con los extranjeros que llegaban a su hogar en Itaca.

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Circe (ser extraordinario) era una maga, tenía las trenzas doradas y bellos ojos, era una espléndida belleza; tenía una voz de mujer tan armoniosa que deleitaba y paralizaba a cuantos la oían; era gentil, después de cuando supo que Ulises no le afectaba su magia, porque le ofreció festines magníficos, dejo que fueran sus huéspedes por un año, los vistió con túnicas muy ricas, etc.; era sabia porque sabía todos los peligros que pasaría Ulises, y gentil también porque le dio consejos a Ulises para enfrentar esos peligros en su regreso a Itaca.

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Poseidón es el dios del mar, llamado Neptuno por los romanos; era muy vengativo porque no perdonaba s sus enemigos, tortura ni dolor; su hijo predilecto era Polifemo y fue quien maldijo a Ulises.

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Las Sirenas eran seres extraordinarios; eran extrañas mujeres, hijas del mar que, de cintura para abajo, tenían la forma de grandes peces. Tenían bellos rostros y las cabelleras flotantes; lo sabían todo. Las sirenas, seres cruelísimos, gustaban de permanecer sentadas sobre la hierba de los prados, a la orilla del mar, entonando dulcísimos cancines y atrayentes canciones. Y hay que saber que más bellas y hechiceras que sus rostros eran sus voces (una voz dulce como la miel que alegran el alma y acrecientan la sabiduría). Atraídos por ellas, los marineros, cuyos bajeles pasaban por aquellos sitios, no podían resistir a la tentación de desembarcar en la isla. Entonces las infames sirenas los mataban.

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Eolo es el dios de los vientos, poderoso comarca. Era gentil porque hospedó a Ulises en su hogar durante un mes, porque en honor a él hizo grandes fiestas y porque dejó que anclara ahí sus naves.

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Calipso era una diosa, la de las bellas trenzas, temida por todos los hombres. Su vestido brillaba como el sol y la luna juntos; llevaba un cinturón de oro y con una lanzadera, también de oro, tejía riquísimas telas. Su corazón no es de bronce como todos creen, sino tan tierno y sensible como el de Ulises, por lo que trató al héroe con gran dulzura y bondad, porque lo cuidó con el mayor cariño y logró que volviera a recobrar sus exhaustas fuerzas y porque lo tuvo como huésped ocho largos años.

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Polifemo era un semi dios. Era un horrible gigante muy fuerte, tan espantoso como es difícil imaginar, su estatura era colosal, su corpulencia como la de una mole de piedra y, en medio de la frente, tenia un solo ojo. Era el hijo predilecto de Poseidón, y se ocupaba de guardar sus rebaños y en hacer quesos con la leche que sus cabras le daban. Era caníbal porque golpeaba las cabezas de los navegantes y después se los comían.

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Atenea era la diosa de la sabiduría, llamada Minerva por los romanos. Era una mujer muy bella, con los ojos de color verde, aunque también le decían la diosa de los ojos grises. Tenia un corazón blando porque se sintió tan conmovida al ver a Ulises día tras día sentado en la orilla del mar mirando las olas, bañado en lagrimas y lanzando tristes lamentos cuando estaba en la isla de Calipso, por lo que decidió socorrerlo. También era muy sabia porque conocía las muchas penas que en Itaca afligían a Penélope y a Telémaco y también quiso ayudarlos. Era protectora de Ulises errante por tierra y mares; y era cariñosa con Telémaco porque lo apoyo y ayudo siempre que pudo.

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Hermes era el dios mensajero, también era conocido como el dios de los pies ligeros; llamado Mercurio por los romanos. Era un jovencito hermoso con una varita dorada que llevaba en la mano. Tenia unas doradas sandalias que le hacían incansables y que velozmente lo llevaban sobre la tierra y sobre el mar. Era gentil porque en ocasiones ayudo a Ulises de los peligros que tuvo que correr.

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Eurilico era un mortal, cuñado de Ulises. Era miedoso porque no se atrevía a rescatar a sus amigos cuando estuvieron en peligro. Y también era imprudente porque convenció a sus compañeros de comer unos animales que sabia que no se podían comer o iba a pasar algo muy malo.

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Nausica era una mortal, hija del rey de los feacios, Era la más bella, dulce, graciosa y alegre de todas las princesas, también era la doncella más buena y más valiente de las que existen, tan bondadosa y amable con todos, que cuantos las veían la adoraban. Era casi una niña y era la única hija de sus padres. No era sólo la más bella de las doncellas y de las esclavas, sino también la más hábil en todos lo juegos. Era amable porque a Ulises le dio que vestir, le mostró el camino de la ciudad y le dio de comer y beber. Tambien era muy ingeniosa.

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Argos era el perro de Ulises, y su mejor amigo, el que un día fue un orgullo de las jaurías del monarca. Estaba decrepito, viejo, con sus ojos casi ciegos y casi moribundo. Argos reconoció a su amo al momento de verlo, aunque este estaba convertido en un mendigo por la magia de Atenea. Pero murió en el instante.

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Escila era una criatura extraordinaria. Era un horrible monstruo que vivía en una cueva de las dos inmensas rocas que habían más allá de las rocas erráticas. Parte inferior de su cuerpo permanecía oculta dentro de la cueva, que le servia de albergue, de la que salía únicamente la parte superior: doce patas y seis cabezas. La boca de cada una de estas cabezas tenia tres hileras de agudísimos dientes. De día y de noche ladraba como un perro salvaje. Cuantos animales pasaban por aquellos lugares eran engullidos por el fiero monstruo.

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Caribdis era una criatura extraordinaria. Otro terrible monstruo que vivía en la roca que estaba en frente a la de Escila, que tres veces al día absorbía como una tromba el agua del mar, haciéndola penetrar en su cueva y devolviéndola luego afuera. Todo cuanto por el mar pasaba, en el momento en el que el monstruo chupaba las aguas, penetraba también en su cueva y salía convertido en restos informes.


Algunos episodios:

ULISES Y LOS CÍCLOPES

En el país de los cíclopes (que eran gigantes con un solo ojo en la frente), fue Ulises con doce de sus compañeros y entraron a una cueva grande, y llevaban un barril de vino para dárselo al que les diera provisiones ya que estaban escasos de ellas. En la cueva encontraron la puerta abierta y adentro ovejas y en las paredes llenas de tarros con quesos.

Cuando llegó el gigante que se llamaba Polifemo, con un rebaño de ovejas, entró y cerró la puerta, que era una pesada piedra. Sintió gente extraña y preguntó quién se encontraba allí, si eran mercaderes, marinos o piratas. Todos muertos de miedo pero Ulises se paró al frente y le dijo que no eran piratas sino náufragos que venían de la guerra de Troya y que necesitaban ayuda. Polifemo molesto estiró las manos y cogió dos de los hombres y se los comió, después se recostó a descansar. Sabía que no lo podían matar porque entre todos no podían mover la piedra de la entrada de la cueva y no podrían salir. Al otro día en la mañana se comió otros dos compañeros de Ulises, salió con sus ovejas y cerró con la gran piedra.



A Ulises se le ocurrió una idea, cuando regresó Polifemo se comió otros dos y Ulises le ofreció vino, el cual tomó hasta emborracharse. En este estado el gigante, Ulises y sus amigos le enterraron una estaca en el ojo dejándole ciego. Se levantó el gigante gritando del dolor y tratando de agarrarlos pero no los podía ver. Entonces quitó la gran piedra de la entrada y se sentó allí con las manos estiradas para coger al que tratara de salir. Ulises cogió de a tres ovejas y por debajo se metía uno de ellos escondido entre la lana y las ovejas iban saliendo y el gigante las tocaba por encima para revisar que no fuera ninguno del os navegantes. Así lograron salir todos para dirigirse al barco. Desde allí le gritaron a Polifemo y éste les lanzó una piedra inmensa que casi voltea el barco y gritó que su padre, Poseidón, lo vengaría, devolviéndole su ojo perdido.

f) Narra brevemente un episodio donde Ulises demuestre ser un hombre prudente.…


ULISES Y LAS SIRENAS.

Después de irse de la isla donde habitaba Circe, Ulises pasó al lado de una isla bellísima que se encontraba en medio del océano, esta estaba habitada por unas extrañas mujeres que eran las sirenas. Pero Ulises estaba conciente de los peligros que corría por pasar por ahí, pues Circe le había contado que aquel que se acerque a la isla de las sirenas y escuchaba su bella canción, serían atraídos por ella y los matarían.

Por esto mismo Ulises al estar cerca de la isla, y se podía oír un cántico dulcísimo, cogió una varita de cera, la cortó en pedazos con su espada de bronce, la moldeó con sus fuertes dedos y tapó con ella los oídos de sus tripulantes, con el fin de que no pudieran oír el canto de las sirenas. Él no se tapó los oídos pero siempre siguiendo las instrucciones de Circe ordenó a sus hombres que lo ataran de pies y manos al mástil, tan fuerte como les fuera posible, y que, aun que les rogara que lo desataran para irse con las sirenas, no le hicieran caso, y las cuerdas las apretaran más. Mientras la nave navegaba cerca de la isla, las sirenas lo vieron y entonaron una suave canción para Ulises y él desesperado por ir con ellas, ordenaba a sus tripulantes que lo desataran pero ellos siguiendo las ordenes que les dio al principio, no lo hicieron y en vez le apretaron más las cuerdas. Los otros navegantes no escuchaban las canciones así que no experimentaban tentación alguna. Y lograron pasar la isla de las sirenas sin haber caído en la tentación de sus armoniosos cantos.